
Catatumbo: mujeres víctimas reciben 724 hectáreas para cultivar paz
En el municipio de El Zulia, Norte de Santander, 54 mujeres campesinas víctimas del conflicto armado se convirtieron en propietarias del predio Los Tanques, de 724 hectáreas, entregado por la Agencia Nacional de Tierras (ANT). La adjudicación hace parte de la estrategia Fincas para la Paz, implementada en el marco del Plan Catatumbo, con el objetivo de garantizar el acceso a la tierra, promover proyectos productivos y consolidar la paz en una de las regiones más golpeadas por la violencia en Colombia.
La entrega de tierras busca transformar las vidas de estas mujeres y sus familias a través de la producción de café y cacao, dos cultivos que se han consolidado como motores de desarrollo económico y social en el Catatumbo. Con esta adjudicación, más de 200 personas vinculadas a los núcleos familiares de las beneficiarias tendrán acceso a programas de acompañamiento técnico, créditos bancarios y proyectos productivos que fortalecerán su seguridad alimentaria, su autonomía económica y su calidad de vida.
El proceso de entrega se realizó tras seis meses de visitas técnicas adelantadas por la ANT en zonas rurales de Cúcuta y municipios priorizados como Ábrego, Ocaña, Convención, Teorama, Hacarí, La Playa de Belén, Tibú y Sardinata. El objetivo fue verificar las condiciones agronómicas de los predios y garantizar que fueran aptos para el desarrollo agrícola, asegurando que las tierras adjudicadas contribuyan de manera efectiva a la reconstrucción social y económica del territorio.
La estrategia Fincas para la Paz se ha convertido en una herramienta clave de la Reforma Agraria impulsada por el Gobierno Nacional. Además de garantizar seguridad jurídica sobre la propiedad rural, estos procesos buscan saldar deudas históricas con comunidades campesinas, mujeres víctimas del conflicto y firmantes de paz. La apuesta es consolidar un modelo productivo que supere la economía extractiva y fortalezca la soberanía alimentaria en regiones históricamente afectadas por la violencia y la pobreza.
El Catatumbo, catalogado como una de las zonas más complejas del país por la persistencia de grupos armados ilegales y las economías ilícitas, ha sido también un territorio de resistencia campesina. Las mujeres que recibieron el predio Los Tanques forman parte de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), una organización que ha liderado procesos de defensa del territorio y de los derechos de las comunidades rurales. Su papel ha sido determinante en la construcción de propuestas de paz desde lo local y en la reivindicación de la mujer campesina como sujeto de derechos.
Con esta entrega, ya son más de 2.554 hectáreas adjudicadas en los últimos meses a asociaciones campesinas, organizaciones sociales, mujeres víctimas del conflicto y firmantes de paz en la región. Estos predios, además de servir como espacios de producción agrícola, funcionan como albergues humanitarios y centros de defensa de los derechos humanos, consolidando una red de resistencia pacífica frente a la violencia. La iniciativa también representa un paso hacia el cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de Paz en materia de acceso a la tierra y desarrollo rural integral.
Los proyectos productivos que se implementarán en Los Tanques estarán orientados principalmente al cultivo de café y cacao, productos con un alto potencial en mercados nacionales e internacionales. De acuerdo con la ANT, la apuesta es convertir estos cultivos en una fuente sostenible de ingresos que permita a las familias campesinas no solo mejorar sus condiciones de vida, sino también integrarse a cadenas de valor que fortalezcan la economía local y regional. Asimismo, se busca que estas experiencias se repliquen en otros municipios del Catatumbo, generando un efecto multiplicador de paz y desarrollo.
El acceso a la tierra para mujeres campesinas víctimas del conflicto tiene un valor adicional: contribuye a cerrar brechas de género en el campo colombiano. De acuerdo con datos de la FAO, las mujeres representan cerca del 30% de la fuerza laboral agrícola en el país, pero históricamente han tenido dificultades para acceder a tierras, créditos y asistencia técnica. Con entregas como la del Catatumbo, se avanza en la reivindicación de sus derechos y en el fortalecimiento de su papel como actoras centrales de la economía rural.
El impacto de esta política trasciende lo productivo. En una región que ha sido epicentro de confrontaciones armadas, el acceso a la tierra y la implementación de proyectos agrícolas representan oportunidades para el arraigo comunitario, la protección del territorio y la reducción de factores de vulnerabilidad. La presencia institucional con programas como Fincas para la Paz es una señal de que el Estado busca consolidar su compromiso con las comunidades históricamente marginadas y con la construcción de una paz duradera.
El Catatumbo, con su enorme riqueza natural y cultural, enfrenta el reto de superar décadas de violencia y exclusión. La entrega de predios como Los Tanques a mujeres campesinas víctimas del conflicto es un avance concreto en esa dirección. Hoy, la esperanza se siembra en forma de café y cacao, con el liderazgo de mujeres que han resistido y que ahora ven en la tierra una oportunidad para reconstruir sus proyectos de vida y transformar su región.